Hoy te quiero hablar de dos conceptos que son absolutamente indispensables en mi vida y que siempre explico a mis clientes en mis sesiones de #fórmulaEXCELente. Se tratan del microgasto y el microahorro. Y por aquello de que son micro, es decir, pequeños, también son conocidos como gastos hormiga.
Cuando empezamos a pensar en ahorrar, lo primero que nos recomiendan muchas páginas de economía y finanzas es prepararnos un presupuesto. No es un mal consejo y si me sigues, verás que, poco a poco, nos iremos acercando a ese punto.
El camino para lograr la gestión efectiva de nuestra economía doméstica o de nuestra empresa es un camino que se ha de afrontar con organización y no con grandes pasos. Se ha de hacer desde el conocimiento y con mi #fórmulaEXCELente es posible.
Pero antes de ponernos a elaborar un presupuesto, lo primero que hago con mis clientes es algo mucho más sencillo pero que tiene muchísimo valor y es identificar los gastos.
Te sorprendería saber la cantidad de gente que desconoce cuánto gasta al mes. Y esto es básico para poder organizar la economía de un hogar o de una empresa, ya que sin saber en qué gastamos no se puede elaborar un buen presupuesto. Y si lo hiciéramos, ese presupuesto estaría incompleto y nos faltarían muchos datos.
Seguro que si te pregunto cuánto pagas de hipoteca, o cuánto pagas en el seguro del coche sepas responderme. Pero ¿sabrías decirme en qué te has gastado los últimos 50€ que llevabas en el monedero?
Vaya faena que te he hecho, ¿verdad?
Por más que pienses dudo mucho que consigas que te cuadren las cuentas. Bueno, pues aquí es donde entran en juego, los conocidos como microgastos. Y, son esos pequeños gastos que realizas sin ni siquiera darte cuenta de que los has hecho.
Esa velita tan mona que viste mientras comprabas en el súper. Ese café que tomaste a media mañana. Ese día que no te llevaste la comida a la oficina y compraste un bocata.
Y, es que esos microgastos, según algunos estudios, suponen una media de 5€ al día de media por 365 días suponen 1.825€ al año. ¿Imaginas que vacaciones te puedes pegar con ese presupuesto?
Con esto no quiero decir que dejes de tomarte un café en un bar (ya hablé de esto en mi post sobre la paradoja de la frugalidad), o que dejes de comprar la lotería (a todos nos puede gustar vivir de ilusión).
Conocer los microgastos en los que se te va el dinero te hará ser más consciente y estar más atento con tus gastos y poder decidir con cabeza de qué microgastos quieres prescindir o cuáles quieres seguir manteniendo en el tiempo por no renunciar a ellos.
Por ejemplo, si has detectado que tu perdición son las velas aromáticas y ya has comprado 8 este mes, cuando veas una y sientas el impulso de comprar, automáticamente pensarás que no es necesario si empiezas a pensar con la mentalidad de la #fórmulaEXCELente.
Como ves, conocer tus gastos te ayuda a saber priorizar.
Así que, antes de enfrentarte a un presupuesto mensual o anual, empieza a conocer dónde y con qué se te va el dinero.
Llevar una libreta e ir anotándolos según surgen puede ser una buena manera de comenzar, pero hay que ser muy organizado, metódico para esto, y al final, siempre se te puede olvidar anotar algo.
Por eso, lo que a mí no me falla nunca es pedir siempre en cada cosa que compro el ticket de compra, que, por otra parte, están obligados a entregarte en cualquier establecimiento por pequeño que sea el importe.
Con este sencillo gesto y la sana costumbre de guardarlos todos, te garantizarás que no se te escapa ni un solo gasto. Escoge un día a la semana o un día al mes, según la cantidad, para ir organizándolos y traspasando todos esos datos a una plantilla de excel donde poder contabilizarlos de una forma más profesional. Y esta es una de las cosas que trabajo con mi #fórmulaEXCELente.
EL MICROAHORRO
Una vez tenemos claro el primer concepto pasemos al segundo, que tiene casi la misma relevancia y se puede aplicar tanto en la economía doméstica como en la economía de tu empresa. Es importante, que aprendas a tratar la economía de tu hogar, como si de la empresa más importante que tienes entre manos se tratara.
El microahorro nos va a ayudar principalmente a mejorar nuestro saldo final en las cuentas.
Desde el 29 de diciembre del año 2.000 existe una normativa española, derivada de una normativa europea que especifica cómo ha de ser la normativa del etiquetado precios de los productos, entre otros sitios, en los supermercados.
Y te preguntarás ¿en qué nos ayuda esta ley para ahorrar?
Te lo explico. Una de estas especificaciones, es que en todos los productos se debe especificar el precio/kilo, el precio/litro, el precio/unidad o el precio/dosis del producto. Y esto se debe básicamente a cosas como la cantidad de envase utilizado.
Empecemos por el principio y por lo más básico. Para poder explicar esto os comparto una foto de mi supermercado habitual en el que he cogido dos productos para poder analizar este aspecto.
Todos sabemos que las marcas blancas son mucho más baratas que las marcas más comerciales que se anuncian e invierten en marketing y publicidad. Pero no siempre somos conscientes de que en un mismo producto puede haber diferencias de precio/kilo.
Aquí por ejemplo ves una foto comparando un producto de marca conocida 7,95 euros y otro de marca blanca 4,00 euros para que veas la diferencia del precio/kilo.
Pues esto es aplicable a todos y cada uno de los productos que compramos a diario o de forma esporádica. Pero ojo, no siempre la marca blanca ha de ser peor. No pierdes nada probándola y te puedes llevar muchas sorpresas y descubrir que quizás te gusta más por el sabor, la textura o porque quizás hasta notas que te dura más el producto. Así que haz la prueba y si no te gusta siempre puedes volver a comprar la marca más conocida.
En esta otra foto nos encontramos el mismo producto con dos tipos de envases diferentes.
Se trata de las galletas Oreo. Hay un formato que cuesta 1,05€ y otro formato que cuesta 1,85€. Y, resulta que el que cuesta más caro tiene más cantidad 154 gr frente al otro que contiene 220gr. Esto nos puede resultar lógico. Pero, si bajamos un poquito más en la etiqueta del precio vemos que el precio/kilo marcado en el paquete más barato es de 6,82€ y el del más caro tiene un precio/kilo de 8,41€. Casi 2 eurazos más caro el mismo producto, pero con diferente envase.
¿Vas a comer más galletas porque su precio/kilo sea más barato? no, verdad. Pues por qué no ahorrar un poquito más comprando el producto más barato.
En este caso concreto, en lo que al envase se refiere, observamos que además del plástico del paquete de galletas van dentro de una caja de cartón con diferentes paquetitos dentro. Si nos fijamos en esto y dejamos de consumirlos le estaremos dando una mano al medio ambiente.
Otros productos similares pueden ser los que vienen cortados en lonchas como en el caso del queso, que comprando la cuña completa y cortándolo tú, estarás comprando a un precio kilo más bajo que si el productor ha tenido que realizar los cortes.
¿Y cómo aplico todo esto a la economía de mi empresa? Pues por ejemplo, como gastos habituales, podemos fijarnos en el precio de los cartuchos de la impresora, el precio de los folios, etc...que son productos que compramos cada tiempo determinado.
Como ves, el microgasto y el microahorro están estrechamente relacionados y si sumamos los dos conceptos y los aplicamos en una perfecta sinergia no solo sumarán a nuestra economía, sino que la multiplicarán.
Además, si te das cuenta, ambos están relacionados con el coste por uso del que también os he hablado en otro post recientemente.
Al final, si estamos atentos a todos estos pequeños gestos que te voy explicando en mis artículos y los empezamos a usar como pequeños controles en nuestro día a día, nos va a sorprender en lo mucho que afectan, a corto y largo plazo, en nuestra economía doméstica y en nuestra empresa.
Si después de leer este artículo te das cuenta de que quieres tener más información sobre cómo empezar a conocer estos datos, cómo controlarlos y cómo gestionarlos estaré encantada de poder darte los trucos y consejos que mejor funcionan para estos casos.
Nos vemos en el siguiente artículo 😊